Pocas personas han vivido experiencias tan intensas con lo desconocido, como a Jaime. Pastorcillo y cuidador de chivos, le tocó en suerte ser testigo de una ráfaga en el cielo, y de un presunto avistamiento alienígena en medio del desierto de Durango.
Los hechos de los que él fue testigo, todavía se encierran en un aura del misterio. De allí que la Zona del Silencio, en el Bolsón de Mapimí, sea un caldo de cultivo propicio para las leyendas de este tipo.
Los hechos de los que él fue testigo, todavía se encierran en un aura del misterio. De allí que la Zona del Silencio, en el Bolsón de Mapimí, sea un caldo de cultivo propicio para las leyendas de este tipo.